Oye, oh tierra: He aquí, yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos, porque no escuchó mis palabras, ni mi ley, sino que la desecharon.

El fruto de sus pensamientos - (, "Comerán, pues, del fruto de su propio camino, y se saciarán de sus propios pecados"). 

Ni a mi ley, sino que la rechazaron - literalmente, 'y (en cuanto a) mi ley la han rechazado.' 

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