Entonces Josué envió mensajeros, y corrieron a la tienda; y he aquí, estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de él.

Josué envió mensajeros, y corrieron a la tienda, por el impaciente afán no sólo de comprobar la veracidad de la historia, sino de librar a Israel de la imputación de culpa. Una vez descubiertos los objetos robados, los expusieron ante el Señor, 'como señal de que le pertenecían' a causa de la prohibición.

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