Sus discípulos le dijeron: He aquí, ahora hablas claramente, y no dices proverbio.

Sus discípulos le dijeron: He aquí, ahora hablas claramente, y no dices proverbio. No era mucho más claro que antes; el tiempo de la perfecta claridad aún estaba por llegar; pero habiendo vislumbrado Su significado, pues era poco más, expresaron ansiosamente su satisfacción, como si estuvieran contentos de hacer algo con Sus palabras. ¡Cuán conmovedoramente muestra esto tanto la sencillez de sus corazones como el carácter infantil de su fe!

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