Y quitaron los dioses extraños de entre ellos, y sirvieron a Jehová; y su alma se entristeció por la miseria de Israel.

Su alma se afligió por la miseria de Israel. Cuando abandonaron la idolatría y volvieron a la pureza de su culto, Dios abrevió graciosamente el plazo de la aflicción nacional y restauró los tiempos de paz.

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