Y si un extranjero mora con vosotros en vuestra tierra, no lo afligiréis.

Si un extranjero reside con vosotros. Los israelitas debían alentar a los extranjeros a establecerse entre ellos, para que fueran llevados al conocimiento y al culto del verdadero Dios; y con este fin se les ordenó que trataran a esas personas, no como extranjeros, sino como amigos, sobre la base de que ellos mismos, que eran extranjeros en Egipto, fueron recibidos al principio con amabilidad y hospitalidad en ese país.

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