Habla a los hijos de Israel, y diles: El que ofreciere el sacrificio de sus ofrendas de paz a Jehová, traerá su ofrenda a Jehová del sacrificio de sus ofrendas de paz.

El que ofrezca el sacrificio de sus ofrendas de paz... traerá. Para demostrar que el sacrificio era voluntario, se requería que el ofrendante lo trajera con sus propias manos al sacerdote. El acto de traer a la víctima era lo que propiamente constituía la oblación; pero el oferente también debía traer las porciones de Yahweh.

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