El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.

El que es fiel en lo muy poco, también es fiel en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también lo es en lo más. Máxima de gran preñez y valor; pasando ahora de la prudencia que tenía el mayordomo, a la fidelidad que no tenía; a esa "inofensividad de la paloma" a la que "la serpiente", con toda su "sabiduría" o astucia, es totalmente ajena. Pero, ¿qué relación tiene esta máxima con el tema de nuestra parábola? Una conexión muy estrecha.

'En cuanto a mí (algunos dirían) tengo muy poco de "las riquezas injustas" para estar muy interesado en esta parábola.' 'Estás equivocado', es la respuesta: 'Ese es el discurso del siervo negligente, quien, porque su amo le confió un solo talento, fue y lo escondió en la tierra en lugar de usarlo. La fidelidad no depende de la cantidad confiada, sino del sentido de la responsabilidad. El que siente esto en poco, lo sentirá en mucho, y viceversa.

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