Y los que habían sido enviados fueron por su camino, y hallaron tal como les había dicho.

Y los que habían sido enviados fueron por su camino, y hallaron tal como les había dicho. Marcos es tan singularmente preciso aquí, que es imposible dudar de que la descripción sea reciente de uno de los dos discípulos enviados en esta misión; y en ese caso, ¿quién puede ser sino Pedro, de cuya mano en este Evangelio da testimonio toda la antigüedad y la evidencia interna es tan fuerte? Probablemente John era el otro (comparar, con).

"Y se fueron (dice Marcos), y hallaron el pollino atado junto a la puerta de afuera, en un lugar donde se juntan dos caminos; y lo soltaron". Si los detalles más minuciosos de esta gran entrada en Jerusalén no se hubieran grabado a fuego en la memoria de aquellos queridos discípulos que tuvieron el honor de participar en los preparativos para ella, tales detalles sin importancia nunca se habían registrado.

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