Respondió él y dijo: No quiero; pero después se arrepintió y fue.

Respondió y dijo: No lo haré. Trench nota la rudeza de esta respuesta, y la ausencia total de cualquier intento de excusar tal desobediencia, ambas características; representando a los pecadores descuidados e imprudentes, resistiendo a Dios en Su rostro.

Pero después se arrepintió y se fue.

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