También nos dispuso ordenanzas, para cargarnos cada año con la tercera parte de un siclo para el servicio de la casa de nuestro Dios;

La tercera parte de un siclo para el servicio de la casa de nuestro Dios. La ley requería que toda persona mayor de veinte años pagara medio siclo al santuario. Pero como consecuencia de la pobreza general del pueblo, ocasionada por la guerra y el cautiverio, este tributo se redujo a la tercera parte de un siclo.

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