Y en la dedicación del muro de Jerusalén buscaron a los levitas de todos sus lugares, para traerlos a Jerusalén, para celebrar la dedicación con alegría, con acción de gracias y con cánticos, con címbalos, salterios y arpas.

En la dedicación del muro de Jerusalén. Esta ceremonia de consagrar el muro y las puertas de la ciudad fue un acto de piedad por parte de Nehemías, no sólo para agradecer a Dios de una manera general por haber sido capaz de llevar el edificio a una feliz terminación, sino sobre la base especial de siendo esa ciudad el lugar que Él había escogido, y que contiene el templo, que fue santificado por la manifestación de Su presencia, y nuevamente apartado para Su servicio.

Fue por estas razones que Jerusalén fue llamada la ciudad santa; y por este acto público y solemne de observancia religiosa, después de un largo período de abandono y profanación, fue, por así decirlo, devuelto a su legítimo propietario.

La dedicación consistió en un ceremonial solemne, en el que las principales autoridades, acompañadas por los cantores levitas, convocados de todas partes del país, y por una gran concurrencia de personas, marcharon en imponente procesión alrededor de las murallas de la ciudad y, deteniéndose a intervalos. para participar en alabanzas, oraciones y sacrificios unidos, suplicó la presencia, el favor y la bendición continua sobre la "ciudad santa".

"'La asamblea se reunió cerca de la puerta de Jaffa, donde comienza la procesión. Entonces ( Nehemías 12:31 ) hice subir a los príncipes de Judá sobre el muro (cerca de la puerta del valle), y designé dos grandes compañías de ellos que dieron gracias por lo cual uno iba a mano derecha sobre el muro hacia la puerta Dung (a través de Bethzo).

Y tras ellos iba Osaías y la mitad de los príncipes de Judá. Y ( Nehemías 12:37 ) a la puerta de la Fuente, que estaba enfrente de ellos, (descendiendo por la torre de Siloé por dentro y luego volviendo a subir) subieron por las escaleras de la ciudad de David, en la subida del muro, por encima de la casa de David, hasta la puerta de las Aguas hacia el oriente (por la escalera del terraplén, habiendo descendido para dedicar las estructuras de la fuente).

Y la otra compañía de los que daban gracias pasó contra ellos (ambas partes partieron de la unión del primer y segundo muro), y yo tras ellos, y la mitad del pueblo sobre el muro, desde más allá de la torre del hornos hasta el muro ancho (más allá de la puerta de la esquina). y desde sobre la puerta de Efraín, y sobre la puerta Vieja (y la puerta de Benjamín), y sobre la puerta del Pescado, y la torre de Hananeel, y la torre de Meah, hasta la puerta de las Ovejas; y se detuvieron en la puerta de la prisión (o Puerta Alta en el extremo este del puente).

Así estaban las dos compañías de los que dieron gracias en la casa de Dios, y yo, y la mitad de los gobernantes conmigo (habiendo realizado así el circuito de los muros envolventes), llegamos a los atrios del templo' (Barclay's 'City del Gran Rey').

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