Y dijo: Oíd ahora mis palabras: Si hay un profeta entre vosotros, yo, el Señor, me daré a conocer a él en una visión, y le hablaré en un sueño.

Oíd ahora mis palabras. Aquí se expresa claramente una diferencia de grado en los dones y la autoridad incluso de los profetas con mandato divino Moisés, habiendo sido puesto sobre toda la casa de Dios, es decir, su iglesia y su pueblo, fue consecuentemente investido con la supremacía sobre Miriam y Aarón también, y privilegiado más allá de todos los demás por las manifestaciones directas y claras de la presencia y la voluntad de Dios.

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