Y Balaam se levantó por la mañana, y ensilló su asno, y se fue con los príncipes de Moab.

Balaam ... ensilló su asno. Probablemente uno de los animales blancos y ágiles que acostumbraban a montar las personas de rango. La silla de montar, como es habitual en Oriente, no sería más que una almohadilla o su manto exterior.

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