Y Moisés, y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, salieron a recibirlos fuera del campamento.

Salió a su encuentro fuera del campamento, en parte como muestra de respeto y felicitación por su victoria, en parte para ver cómo habían ejecutado las órdenes del Señor y en parte para evitar la profanación del campamento por la entrada de guerreros manchados de sangre.

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