Entonces me invocarán, y no responderé; de madrugada me buscarán, y no me hallarán:

Entonces  me invocará, pero no responderé. Dios dice, es verdad, "Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será librado".

Pero aquí el llamado de los impíos es rechazado, porque el día de gracia señalado por Joel habrá pasado. Su clamor es por liberación del dolor, no del pecado ( "Como él clamó, y no quisieron oír, así clamaron, y yo no quise oír, dice Jehová de los ejércitos;").

Me buscarán de madrugada, es decir, diligentemente y sin cesar, desde el alba.

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