En los labios del entendido se encuentra la sabiduría, pero la vara es para las espaldas del falto de entendimiento.

En los labios del entendido se encuentra la sabiduría, pero la vara es para las espaldas del falto de entendimiento. "La sabiduría, es decir, el discurso sabio, no trae vara al que habla: pero el discurso imprudente trae "una vara" sobre "el que está falto de entendimiento". "La sabiduría", además, debe aprenderse del hablante sabio ; pero debes buscarlo hasta que "lo encuentres." Las palabras del sabio atestiguan su sabiduría; los azotes del necio atestiguan su necedad.

A quien no se le enseñe el entendimiento con palabras, se le debe enseñar con la "vara". El sabio lleva el ornamento de su sabiduría en sus "labios"; el necio llevará la vergüenza de su locura sobre su "espalda".

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