El hipócrita con su boca destruye a su prójimo; mas por la ciencia se librará el justo.

Un hipócrita (o bien, una persona profana; hebreo, janeeph) con (su) boca destruye a su prójimo, es decir, trata de destruirlo mediante la corrupción (como puede significar el hebreo), o tramando la destrucción contra él en secreto, mientras "con su boca" pretende ser su amigo.

Pero a través del conocimiento será libertado el justo. A través del conocimiento espiritual, impartido por Dios, el justo puede penetrar en los planes de los hipócritas y eludirlos: porque la iluminación celestial enseña cómo "rechazar el mal y elegir el bien".

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