Oye, hijo mío, y sé sabio, y encamina tu corazón por el camino. Oye, hijo mío, y sé sabio, y encamina tu corazón por el camino.

Oye tú... sé sabio y guía tu corazón por el camino. No te vuelvas atrás ni te apartes del camino angosto. Los pasos son:

(1) Escuchar;

(2) Sea sabio, el fruto doctrinal de oír;

(3) Guía tu corazón por el camino, como el fruto práctico de ambos.

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