Si un gobernante escucha la mentira, todos sus siervos son malvados.

Si un gobernante escucha las mentiras, todos sus siervos (son) malvados, porque seguramente lo imitarán. Como es el amo, así serán sus hombres. Los gobernantes hacen tanto daño con su mal ejemplo como con sus malas acciones. ¡Cuán cuidadosos deben ser los que están en autoridad, considerando sus responsabilidades!  Aprendan también los sirvientes, al elegir los lugares, a tener más en cuenta la piedad que la ganancia.

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