Porque os doy buena doctrina, no dejéis mi ley.

Porque os doy buena doctrina, no dejéis mi ley. Es "bueno", ya que tiene a Dios como su autor, verdades de un momento eterno para nosotros como su tema, y ​​nuestra salvación como sus fines. Salomón habla como representante de Dios, cuya ley es la que manda aquí Salomón.

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