¿Y por qué, hijo mío, quieres ser raptado con una mujer extraña y abrazar el seno de una extraña?

¿Y por qué, hijo mío, quieres ser raptado con una mujer extraña y abrazar el seno de una extraña?

Cuando hay tantas ventajas en el amor conyugal y tantas pérdidas en el amor adúltero, ¡qué locura, bajeza y peligro es buscar los abrazos de una ramera o de una adúltera!

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