Jehová perfeccionará lo que me concierne; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre: no abandones las obras de tus manos.

El Señor perfeccionará lo que me concierne. El hecho de que la obra de salvación, comenzada en nosotros, sea la obra de Dios, es una señal de seguridad de que Él la "perfeccionará".

Tu misericordia, oh Señor, es para siempre.

No abandones las obras de tus propias manos, no dejes incompleta la obra de salvación para mí, mi simiente, y a través de ella para mi nación y para el mundo entero. Dios había comenzado la obra liberando a David de sus enemigos y elevándolo al trono.

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