Porque Jehová no desechará a su pueblo, ni desamparará su heredad.

Porque, introduciendo el terreno de la bienaventuranza de aquellos que, siendo enseñados por el Señor, tienen descanso interior incluso en la adversidad.

El Señor no desechará a su pueblo para siempre, aunque los abandone por un tiempo, en justo castigo por haberlo abandonado.

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