Y los que lloran. En este pasaje el apóstol nos enseña, en medio de nuestras mayores aflicciones, no dejarnos abrumar por el dolor, sino recordar que el tiempo de esta vida es corto y que los dolores temporales serán recompensados ​​con las alegrías que nunca se desvanecen. de la eternidad. (Estius)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad