El libro de la ley (es decir, Deuteronomio; Challoner; San Crisóstomo, hom. 9. en Mateo) o el Pentateuco. (Josefo) --- Ajaz, Manasés y Amón, habían quemado (R. Solomon) tantas copias como pudieron, (Haydock) pero algunos sacerdotes celosos habían escondido esta copia, en una caja, en la pared del templo, (Lyranus) o en el tesoro contiguo. La misma escritura a mano de Moisés, que contiene el registro del pacto (o los capítulos 28, 29, 30 y 31 de Deuteronomio) que se colocó en (Calmet) o al lado del arca, ahora se descubrió felizmente.

(Haydock) --- Parece que se había perdido, ya que el arca misma había sido removida, 2 Paralipomenon xxiv. 14. y xxxv. 3. Este venerable monumento, y las terribles amenazas que denunciaba, causaron la más profunda impresión en todos, ya que deberíamos leer los autógrafos de San Mateo, etc., con mucho más respeto y emoción que las copias impresas. No es en absoluto probable que todos los libros de la Escritura hayan sido destruidos, ya que siempre hubo algunas almas religiosas en ambos reinos; y si algunos reyes ya hubieran hecho el intento impío, (Haydock) del cual, sin embargo, nunca se les acusa en las Escrituras, no habrían podido llevar a cabo sus maliciosos designios.

Josías, antes de los 18 años, había hecho muchas regulaciones excelentes, de conformidad con la ley, que fue bien entendida y cuidadosamente preservada por los sacerdotes y profetas, (Calmet) 2 Paralipomenon xvii. 9. --- Léelo. Los escribas eran generalmente elegidos entre los levitas. (Calmet)

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