Vi siete candeleros de oro que, en el último versículo de este capítulo, representaban las siete iglesias de Asia. Podemos suponer que estos candeleros le fueron mostrados a San Juan, como se describe en Éxodo xxv. 31. Porque en estas visiones de San Juan hay frecuentes alusiones al antiguo tabernáculo, y a cosas relacionadas con el servicio y la adoración de Dios, que Moisés recibió la orden de hacer. (Witham)

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