Falso. Los calumniadores fueron sometidos a la ley de represalias y fueron obligados, por los egipcios y otros, a sufrir el mismo castigo que habrían infligido a otros. Esta ley es la guardiana de la buena fe y la honestidad en todos nuestros tratos. Se explica con más detalle [en] el cap. xxiii. 1 y Levítico xix. 11.

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