Mira mis partes traseras. El Señor, por medio de su ángel, generalmente le hablaba a Moisés en la columna de la nube, para que no pudiera ver la gloria de Aquel que le hablaba familiarmente. En la visión aquí mencionada, se le permitió ver algo de Él, en una forma corpórea asumida: no en el rostro, cuyos rayos eran demasiado brillantes para que los ojos mortales los pudieran ver, sino verlo como si estuviera detrás, cuando su la cara se apartó de él.

(Challoner) --- Así se reprime nuestra curiosidad. (Du Hamel) --- Servio observa, sobre Virgilio, que "los dioses en su mayoría se declaran desapareciendo repentinamente. Mostrarán sus rostros". (Ilíada. N. Grotius) --- La roca era Cristo, (Du Hamel) en cuya sagrada humanidad discernimos, a la distancia, la majestad de Dios. (San Agustín, q. 154.) Moisés vio las partes traseras de Dios, o lo que le sucedería a Jesucristo en los últimos días de la sinagoga. (Orígenes, hom. 12.) Mediante esta maravillosa visión, Dios se complació en declarar que estaba apaciguado. (Haydock)

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