Deseo. La condenación del pecador no es un objeto del agrado de Dios, cap. xviii. 23. (Calmet) --- Tiene un antecedente de voluntad de salvar a todos. Él llama a la puerta de nuestro corazón, (Apocalipsis iii. 20.) y si el hombre hace lo que depende de él, nada faltará de parte de Dios. (Santo Tomás de Aquino, [Summa Theologiae] i. 2. q. 109. y 112.) (Worthington)

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