Diles: Vivo yo, dice el Señor Dios, que no hay juramento más solemne que no me complazco en la muerte de los impíos, mucho menos es Su intención que los impíos sean castigados de esta manera, sino que el impío se aparta de su camino y vive, siendo ese único propósito de gracia. Convertíos, volveos, de vuestros malos caminos; porque ¿por qué habéis de morir, casa de Israel? Seguramente no puede haber una manera más enfática de declarar que Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

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