Todos estos murieron en la fe de las promesas de Dios; es decir, de su posteridad, ser introducidos en la tierra prometida de Canaán [Canaán], pero principalmente en el feliz país del cielo. Porque si solo hubieran aspirado y deseado el país de Caldea, de donde salió Abraham, tuvieron tiempo suficiente para haber regresado allí. (Witham) --- Una metáfora tomada de los marineros, que, después de un viaje largo y peligroso, apenas divisan su país natal, pero lo saludan con transportes de alegría: esto en Virgilio: Italiam, Italiam, primus conclamat Achates.

Así los Patriarcas, al contemplar a distancia y por fe, su patria celestial, la saludaron con acentos alegres y repetidos, deseando ansiosamente llegar al puerto envidiado.

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