Por tanto, dejando la palabra, etc. Esto debe tomarse en relación con lo que había dicho en el último capítulo (versículo 12) de los elementos o rudimentos de la fe cristiana, acerca de los cuales, aunque algunos parecían no estar suficientemente instruidos, él lo considera aquí suficiente para nombrarlos y pasarlos por alto: a saber, 1. Penitencia, o las disposiciones de un arrepentimiento sincero. 2. Fe, cuando lleguen a los años de ser instruidos.

3. La doctrina de los bautismos, que expresa en plural, bien porque todos los fieles deben ser bautizados una vez, si hablamos del bautismo cristiano; o quiere decir que las personas deben saber que no pueden volver a recibir el bautismo de Cristo. O, en fin, quiere decir que los bautismos de los judíos, que repetían con tanta frecuencia, no podían justificarlos. 4. La doctrina de la imposición de manos, por la que comúnmente se expone lo que se da en el sacramento de la confirmación.

5. De la resurrección de los muertos. 6. Del juicio por el cual Dios juzgaría a toda la humanidad. De estas cosas supone que ya están instruidas. (Witham) --- Vemos aquí el orden en que los apóstoles enseñaron la doctrina cristiana a los catecúmenos: 1. Los excitaron al dolor por sus pecados. 2. Les exigieron actos de fe en Dios y en su Hijo Jesucristo. 3. Explicaron la naturaleza del bautismo de Cristo, su virtud y la diferencia con el bautismo de [Juan] el Bautista y otros.

4. Después del bautismo, les impusieron las manos para que pudieran recibir la gracia fortalecedora del Espíritu Santo en la confirmación; y finalmente, los impulsaron a la perseverancia, con la esperanza de una gloriosa resurrección y de la vida eterna, y al poner ante sus ojos la condenación eterna como consecuencia de la apostasía.

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