Roto. Al no ver una causa natural de una tempestad tan repentina, concluyeron (Worthington) que algunos a bordo debían ser culpables; como argumentaron los marineros (Haydock) cuando el célebre ateo, Diágoras, se encontraba en circunstancias similares. (Calmet) --- Recurrieron a suertes, y el profeta consintió por inspiración de Dios, (Worthington) aunque esto no está escrito, (Haydock) y las suertes fueron supersticiosas. (Menochius) --- Los escritores orientales añaden muchas cosas a este relato suficientemente maravilloso. (Lyranus; D'Herbelot.) (Calmet)

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