Este mandamiento ya estaba en la ley antigua, donde está escrito: Amarás a tu prójimo como a ti mismo; Entonces, ¿cómo lo llama nuestro Salvador un nuevo mandamiento? Es nuevo, no porque simplemente nos amemos unos a otros; sino porque nos amamos los unos a los otros, como él nos amó: no como los hombres se aman, como seres semejantes, sino unidos en el amor, como si todos fueran hijos del Altísimo; para que seamos hermanos de su Hijo unigénito, llevando a todos el mismo amor que él nos ha dado. (San Agustín, tratado. 64. en Juana.) --- Por esto sabré además que me amas de verdad. (Biblia de Vence)

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