Exigís este pan; he aquí que está delante de ti, y sin embargo no lo comes. Yo soy el pan; creer en mí es comerme. Me ves, pero no crees en mí. (San Agustín) --- A este lugar se refieren esas palabras de San Agustín: "¿Por qué preparas los dientes y la barriga? Créeme, y me has comido". Palabras que no destruyen la presencia real, de la que no está hablando en este versículo.

(Maldonatus, 35.) --- Jesucristo los conduce gradualmente a este gran misterio, que él sabe que será una piedra de tropiezo para muchos. El capítulo comienza con la multiplicación milagrosa de los panes; luego Cristo caminando sobre el mar; a continuación, culpa a los judíos por seguirlo no por la fe en sus milagros, sino por los panes y los peces, y les dice que trabajen por ese alimento que no perece, creyendo en Aquel a quien el Padre había enviado; y luego promete que lo que sus padres habían recibido sólo en figura, el maná, lo recibirán los fieles en realidad; su propio cuerpo y sangre.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad