Liga. Quizás toda la nación no había hecho nada de carácter público para sancionar la idolatría de los cananeos. Pero tantos individuos se habían casado con ellos e imitaban sus modales perversos, tantas tribus habían perdonado las ciudades, etc., que los israelitas en general merecían la reprimenda. Si estas leguas, hechas en contradicción con el mandato de Dios, donde deben ser observadas o quebrantadas, en un asunto de disputa.

Podemos tomar un camino intermedio y afirmar que los acuerdos que estipulaban la protección del culto y los altares idólatras eran nulos y nunca debían cumplirse; mientras que aquellos que aseguraban a los habitantes sus vidas y propiedades, no podían ser legalmente quebrantados, aunque los contratistas hicieron mal al hacer tales leguas. Ver 1 Esdras ix. (Calmet)

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