Y no haréis alianza con los habitantes de esta tierra; sus altares derribaréis; pero no obedecisteis a mi voz: ¿por qué habéis hecho esto?

pero no habéis obedecido mi voz. La carga de la amonestación del ángel era que Dios cumpliría inviolablemente su promesa; pero ellos, por sus violaciones flagrantes y repetidas de su pacto con Él, habían perdido todo derecho a los beneficios estipulados. Habiendo desobedecido la voluntad de Dios cortejando voluntariamente a la sociedad de los idólatras y colocándose en el camino de la tentación, los dejó sufrir el castigo de sus fechorías.

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