Mi señor. Esto lo dice por respeto, suponiendo que se estaba dirigiendo a un profeta, (Haydock) o alguna persona virtuosa, de quien desea saber qué razones se podrían dar para la seguridad del favor divino, que él ofreció. No habla por desconfianza. (Menochius)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad