Y vino un ángel del Señor, el ángel en el sentido extraordinario del término, el Hijo de Dios, y se sentó debajo de un roble que estaba en Ofra, que pertenecía a Joás, el abiezerita, en el territorio de Manasés, aparentemente en la parte noroeste de la llanura, no lejos de los territorios de Aser, Neftalí y Zabulón; y su hijo Gedeón trillaba trigo en el lagar, el lugar donde se exprimían las uvas, no una era expuesta, para esconderlo de los madianitas, bandas de cuyos asaltantes se podía esperar en cualquier momento.

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