Pero la fama de Jesús se había extendido por todas partes. Por esta razón se dice aquí que los fariseos y los doctores de la ley salieron de todos los pueblos de Galilea, etc. de hecho, no por la intención de convertirse en sus discípulos, sino por un espíritu de envidia; como ahora veían que todos los dejaban y seguían a nuestro Salvador. Quizás también para calumniarlo, como a menudo encontramos que hicieron, cuando lo vieron convertirlos. (Denis el Cartujo)

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