Bajo estos modos figurativos de hablar, o parábolas, Jesucristo comenzó a trazar para su reflejo un verdadero retrato de su ingratitud y de la venganza divina. Por este hombre entendemos a Dios Padre, cuya viña era la casa de Israel, a la que custodiaban los ángeles; el lugar excavado para la tina de vino es la ley; la torre, el templo; y Moisés, los profetas y sacerdotes, a quienes los judíos afligieron y persiguieron, son los labradores o siervos.

(San Jerónimo) --- Esta misma parábola fue empleada por Isaías, (v. 1.) donde hablando de Cristo, dice: Mi amado tenía una viña, y la cercó. (Tirinus) --- Fue a un país lejano, no por cambio de lugar, porque él está en todas partes, sino dejando a los trabajadores el poder del libre albedrío, ya sea para trabajar o no para trabajar; de la misma manera que un hombre en un país lejano no puede supervisar a sus labradores en casa, sino que los deja solos.

(Ven. Beda) - Esta parábola se explica así moralmente: Jesús plantó una Iglesia con su propia sangre, la rodeó de doctrina evangélica, como con un seto; cavó un lugar para la tinaja, por la abundancia de gracias espirituales que ha preparado para su Iglesia; construyó una torre, designando a sus ángeles para proteger a cada cristiano individual, que son los labradores a quienes se la ha entregado. (Nicolás de Lyra)

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