Vea las anotaciones Mateo xv. 9, 11. Es infundado pretender de este texto, que los preceptos y tradiciones de la Iglesia no son vinculantes y obligatorios, porque Cristo mismo ha mandado a todos a escuchar a su Iglesia y obedecer a sus legítimos pastores. Estos en verdad pueden ser llamados los preceptos de los hombres, pero son preceptos de hombres investidos de poder y autoridad de Dios, y de quienes Cristo mismo dijo: (Lucas x. 16.) El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a ti te desprecia, a mí me desprecia.

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