Después que la multitud hubo comido y se saciaron, no tomaron los restos; pero estos los recogieron los discípulos, como en el milagro anterior de la multiplicación de los panes. Esta circunstancia nos enseña a contentarnos con lo que es suficiente y a no buscar suministros innecesarios. También podemos aprender de este maravilloso milagro la providencia de Dios y su bondad, que no nos despide en ayunas, sino que desea que todos se alimenten y enriquezcan con su gracia.

(Theophylactus) --- Así el Señor verifica en sus obras lo que ha prometido en sus instrucciones; que si buscamos en primera instancia el reino de Dios y su justicia, todas las cosas necesarias nos serán añadidas. Al recoger los fragmentos que quedaron, no solo hizo que el milagro fuera más sorprendente para la multitud y los apóstoles, sino que también nos dejó una lección práctica, cómo, en medio de la abundancia, que procede de la munificencia del cielo. , no debemos sufrir ningún desperdicio. (Haydock)

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