No, no sea que, etc. Las oraciones de los pecadores arrepentidos nunca son despreciadas. Este ejemplo nos enseña también a no cortar demasiado apresuradamente a un hermano caído; porque, sea lo que sea hoy, quizás mañana vea su error y abrace la verdad. (San Jerónimo). --- Jesucristo nos exhorta a soportar a los infieles y herejes, no sólo por nuestra propia cuenta, ya que los impíos suelen ser útiles para los virtuosos, sino también por ellos; porque a veces las personas que han sido corrompidas y pervertidas, volverán a los caminos de la virtud y la verdad.

Dejemos, por tanto, que ambos crezcan hasta la cosecha, es decir, hasta el día del juicio, cuando el poder de rectificar el error de otro ya no exista. (San Agustín en Santo Tomás de Aquino) --- Cuando muchos están implicados en una desgracia, lo que queda es lamentarse por su condición. Entonces estemos dispuestos a corregir a nuestros hermanos con todo nuestro poder, pero que sea siempre con misericordia, caridad y compasión; lo que no podamos corregir, soportémoslo con paciencia, permitiendo lo que Dios permite e intercediendo ante él para mover y convertir sus corazones.

Pero cuando se presente una oportunidad, defendamos públicamente la verdad y condenemos el error. (San Jerónimo) --- San Agustín afirma que nadie debe ser obligado por la fuerza a una unidad de principios religiosos: como la disensión, para nosotros debe ser persuadida por las palabras, superada por la argumentación y convencida por la razón. (Santo Tomás de Aquino)

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