Luego los niños. A partir de estas palabras y las siguientes, para que no los escandalicemos, algunos argumentan que los cristianos están exentos de impuestos. La falacia de esta deducción se demuestra victoriosamente en las palabras expresas de San Pablo (Romanos xiii.) Ordenándonos que estemos sujetos a los poderes superiores, no solo por la ira, sino también por el bien de la conciencia: rendir tributo a quien se debe tributo ; personalizado a quien personalizado, & c.

La palabra niños, entonces, no significa sujetos, sino que debe entenderse en su sentido natural limitado. (Jansenius) --- Jesucristo argumenta a minori ad majus así, si los reyes de la tierra sólo exigen dinero de sus súbditos y eximen a sus propios hijos, cuánto más debo estar exento, que no reclaman mi descendencia de un príncipe temporal solamente, pero del Rey supremo del cielo. Este ejemplo que nuestro Salvador nunca habría aducido, dice St.

Juan Crisóstomo si no hubiera sido realmente el Hijo de Dios. (hom. lix.) Nuestro Salvador renunció uniformemente a su derecho a exenciones en las cosas temporales: declara en todas partes que los príncipes temporales no tienen nada que temer de él o de sus doctrinas, ya que su reino no es de este mundo. (Haydock)

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