Yo también daré. Algunos son llamados al servicio de su Dios y a una vida virtuosa desde la infancia, mientras que otros, por un poderoso llamado de arriba, se convierten tarde en la vida, para que los primeros no tengan ocasión de gloriarse en sí mismos, o despreciar a los que, incluso en la hora undécima, emprenden el camino de la rectitud; y que todos aprendan que hay tiempo suficiente, por corto que sea, que les queda para reparar con su diligencia y fervor sus pérdidas pasadas.

(San Juan Crisóstomo, hom. Lxv.) --- Jesucristo no cuenta tanto el número de años como el fervor y la diligencia que empleamos en su servicio. Calvino está bastante descontento con su elección de esta parábola para probar su principio favorito, que la salvación no es la recompensa de las buenas obras, sino solo de la fe o de la predestinación, ya que Jesucristo representa el cielo como una recompensa justa de una labor meritoria en la viña, aunque algunos trabajen menos tiempo y otros más tiempo, y Dios, de su gran bondad, puede dar más a unos que a otros, mientras que a todos les da al menos lo que les corresponde.

Y un cristiano verdaderamente humilde estará siempre satisfecho con su suerte, sin envidiar la de los demás. (Haydock) --- Así como la estrella difiere de la estrella en gloria en el firmamento, (1 Corintios xv. 41), así habrá diferentes grados de gloria en el cielo. (San Agustín, de la virgen. Cap. Xxvi.)

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