Y habiendo visto todo; (como leemos en San Marcos xi. 11), cuando llegó la hora de la tarde, salió de la ciudad a Betania, como de costumbre, con los 12 apóstoles. De ahí que podamos recopilar en la gran pobreza que vivió nuestro Salvador, y lo lejos que estuvo de halagar a los grandes de este mundo, ya que no pudo encontrar un amigo que le ofreciera su casa por una noche de descanso y que aliviara a sus miembros fatigados, pero se ve obligado a ir a Betania, un pequeño pueblo, a la casa de Marta y María. (San Jerónimo)

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