Y estaban muy preocupados. Había tres motivos para este gran dolor en los discípulos: primero, porque vieron que su inocente y querido Maestro pronto sería arrebatado de ellos, y entregado a una muerte de lo más cruel e ignominiosa; 2d, porque cada uno de ellos temía que, por la fragilidad humana, cayera en tan gran crimen; porque todos estaban convencidos de que lo que decía tenía que suceder necesariamente; y, por último, de que se podía encontrar uno entre ellos tan miserablemente perverso, como para entregar a Jesús en manos de sus enemigos.

Por tanto, temerosos de sí mismos, y sin atreverse a depositar sospechas sobre ningún individuo, empezaron todos a decir: ¿Soy yo, Señor, sobre quien ha de caer un crimen tan atroz? ... Es muy probable que Cristo haya cometido esto. predicción tres veces: 1º, al comienzo de la cena; (Mateo xxvi. 21.) 2d, después de lavar los pies; (Juan xiii. 18.) 3d, después de la institución de la santísima Eucaristía. (Lucas xxii. 21.) Así, el Papa Benedicto XIV. Sandinus y c.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad