El velo del templo se rasgó. Como había en el templo dos partes del santuario, también había dos velos o paredes divisorias. El primer santuario, llamado el santo, estaba separado por un velo de esa parte del templo llamada el atrio de los israelitas. En este santuario exterior, llamado el santo, entraban todos los días los sacerdotes que estaban en funciones. El segundo santuario interior, llamado el lugar santísimo, también estaba separado del santuario exterior por otro velo.

Y en este lugar santísimo, nadie debía entrar excepto el sumo sacerdote, y él solo una vez al año. Ambos velos parecen haber sido rasgados a la muerte de Cristo: y al ser derribados, se significó primero que las ceremonias de la ley antigua debían ser abolidas por la ley de Cristo; y también que el cielo debería estar abierto a todos. --- La tierra tembló. Hasta dónde se extendió este terremoto, es incierto.

--- Las rocas se rasgaron y los sepulcros se abrieron: y muchos cuerpos de los santos ... se levantaron. San Jerónimo se da cuenta de que estos santos no resucitaron con sus cuerpos hasta después de que Cristo resucitó; y así se sigue que , saliendo de los sepulcros, después de la resurrección, entraron en la ciudad santa (es decir, en Jerusalén) y se aparecieron a muchos. (Witham) --- Este evento fue una profecía de la destrucción fatal que pronto caería sobre el templo; y también, que de ahora en adelante dé lugar a cosas más nobles y sublimes. Asimismo, muestra la grandeza del poder de Cristo. (San Juan Crisóstomo, hom. Lxxxix.)

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