Llama. La oración es un acto perfecto de religión y una confesión del dominio de Dios. Qui fingit sacros auro vel marmore vultus,

Non facit ille Deos: qui rogat, ille facit. (Marcial viii. V. 24.)

Descuidar la oración es, en cierto sentido, negar a Dios. (Calmet) --- Él se complace en ejercitar nuestra confianza, (Haydock) y hará que lo llamemos en peligro. (Menochius)

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